sábado, 8 de junio de 2013

Día 12. Recuerdos y ingenuidad.

Me siento completa, como si la ultima pieza del juego haya encontrado su lugar, como si mi vida haya hecho por fin el click que le faltaba.
Siento que todo marcha bien, que le di un vuelco a mi vida y que necesitaba ese cambio.
Quiero desnudarme y salir a la calle a morirme de frío. ¿Es demasiado loco sentir eso?
Obviamente no lo voy a hacer, porque creo que moriría de hipotermia a los 5 segundos.
Siento que puedo ser completamente sincera con él y decirle y hablarle todo lo que yo quiera.

Hoy miraba el cielo y el contraste que hacía el color verde oscuro de los pinos con el celeste del cielo me hizo recordar a cuando era chica. No eran tiempos feos, estaban llenos de ingenuidad, de algo de ceguera al mundo. Eran tiempos dónde vivía en un mundo diferente, donde existía la pobreza a una escala chiquita, donde los papás sabían como se había creado hasta el universo, donde cómo se hacían los bebés era un misterio al que no le encontraba respuesta. Miraba a los animales, había estado presente en varias situaciones de "intimidad" entre ellos, y no lograba entender si los humanos fabricaban bebés de la misma manera. Creía que todo empezaba en un lugar cualquiera, con o sin gente, y de repente ¡PAF! un bebé se estaba haciendo en la panza de alguien.  Creía que se ponían de espaldas, uno contra el otro, y ahí pasaba algo que no sabía que hacía que los bebés aparezcan.
Todo cambia. Uno conoce el mundo.
Ahora puedo ver todo mas claro, puedo darme cuenta que no todo es color rosa. Es negro, gris, blanco, azul, amarillo, rojo y multicolor. Y no está mal. Y el mundo no es feo. Lo sigo viendo igual de lindo y pacífico que antes, nada mas que sin esa cortina algo gris que me tapaba los ojos.


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